martes, 12 de abril de 2011

Centro de Prevención de Riesgos en Actividades de Tiempo Libre

Hola amigos, hoy quiero dar a conocer mi experiencia en el CPRATL.

Hace unos días tuve la suerte de resultar agraciado en un sorteo que promueve Palencia Abierta para la promoción de actividades relacionadas con los deportes de montaña. Dicho sorteo consistía en una jornada de iniciación a la escalada y espeleología en el centro de prevención para el Sábado 9 de Abril.

El centro está situado cercano a la linea ferroviaria detrás del centro comercial de Las Huertas (Carrefour), con una extensión considerable que alberga todo el complejo.

En cuanto llegaron los monitores nos ofrecieron una proyección sobre las actividades que allí se realizaban y las normas y consejos a seguir para un correcto funcionamiento del mismo.

Así pues, acabada la mini-proyección de 15min nos trasladamos a la "Roca", empezando a organizar los dos grupos que trabajarían en paralelo, uno de escalada y otro de espeleo.

Empece con espeleo, Tito y Millan dos de los monitores de Linumberco, nos dieron una clase práctica de todo el material que utilizamos en el ejercicio de la espeleología, así como su correcta colocación y uso.

Una vez ataviados con el mono de trabajo y todos los elementos, a saber: Croll, tirantes de pecho del bloqueador ventral (Croll), puño bloqueador con pedal, arnes con maillon semicircular, cabos de anclaje, descensor en 8 con mosquetón de seguridad HMS en forma de "pera" y por supuesto casco regulable equipado con luz led de tres posiciones, comenzamos a entrar en la cueva artificial de cemento proyectado que de veras reproduce fielmente, o al menos trata de imitar las de caliza naturales, con sus estalactitas y estalagmitas, columnas y banderas.

Recorrimos la cueva hasta llegar a su centro, en donde se divide en la sima y el nivel "normal", del techo colgaban dos cuerdas fijas que utilizamos para remontar hasta el nivel encima de la sima. Con el puño bloqueador y el Croll, íbamos ascendiendo uno a uno de manera sencilla sincronizando el pie con el puño "como si estuviesen unidos el codo y la rodilla".


Muy importante colocar los cabos de anclaje correctamente y pasándolos alternativamente por el pasamanos cada vez que se encontraba un "perrillo" de sujeción a la pared.

Después de mucho laborar en la cueva, para rematar el mono con un poco de polvo, nos metimos por "gateras", que son aberturas muy angostas por las que se puede pasar a duras penas. Y hasta Tito se animó a pasar!!

Salimos de la cueva cegados por el Sol, cubiertos de polvo y una sonrisa en la cara.

Pero eso no era todo, ahora nos tocaba escalada con Chema y Aysa.
Así que vuelta a empezar con el material propio para la actividad.

Nos quitamos el mono y todo lo demás (del material xD), y nos colocamos el arnés de escalada, que difiere del de espeleo porque no lleva maillón sino 3 cintas de tejido muy fuerte, dos para unir el arnés horizontalmente, por las que se pasa la cuerda y otra cinta que cruza las dos anteriores verticalmente con propósito de anclar partes metálicas como por ejemplo mosquetones.

Luego colocamos un Grigri con un mosquetón de cierre automático anclado a la cinta vertical del arnés, para asegurar en la escalada y un casco.

Y derechos a la pared. Dos vías de iniciación 4+ por las que practicamos escalada con comodidad disfrutando del buen día que hacía.

Una vez terminamos todos de escalar y asegurar, prescindimos del Grigri y nos colocamos el Scorpio, que se parece a los cabos de anclaje pero con un disipador interno de un solo uso, para empezar la vía ferrata.

Para mi una de las cosas más trepidantes de la jornada, pues es como la escalada, pero añadiendo un plus de dificultad debido a los cambios de dirección y los pasos claves, que añadiendo cierta altura daba más sensación y subidón de adrenalina. Falta decir que los tres primeros en hacer la vía detrás de Chema abandonaron quedándose en el primer paso que, ciertamente, no entrañaba gran dificultad, solo algo de determinación y equilibrio mental. Pues que pena se perdieron lo mejor!!!

Una vez subimos la "escalera" ferrata, ya al final de la jornada, nos quedaba un último paso, el puente tibetano.

Se trata de un puente de traviesas de madera, colgante de unos tirantes de acero, que debido a su longitud tambaleaba más de lo que estimamos prudente.

Anclados con el Scorpio a uno de los tirantes, el contrario al del compañero anterior que se encontraba en el medio del puente, íbamos cruzándolo.

Pero yo, que tengo mala idea, cuando Jesús estaba en medio empece a avanzar como un pato y aquello tambaleaba considerablemente. Jesús juró en hebreo y los dos pasamos el puente partiéndonos el culo.

Después de todo, nos cambiamos, ordenamos el material mientras comentamos lo bien que lo habíamos pasado y cuando repetirlo de nuevo.


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